miércoles, 26 de noviembre de 2008

Al mal tiempo... buena cara

Voy a intentar ser optimista, aunque últimamente las cosas parecen estar un poco revueltas por todos lados...
Este finde pensabamos ir a los Pirineos y dormir en un idílico refugio en la montaña, etc etc... total, que llega el sábado, todos preparados con el macuto y la comida para pasar un fin de semana aislados del mundo... Y se suspende la excursión porque hacía muy mal tiempo en la montaña. Nos cargamos la decepción a las espaldas, y nos fuimos a decidir qué hacíamos al apartamento de Polly, una chica inglesa. Pero una vez llegamos allí... yo ya no me quería mover. ¡Qué apartamento más precioso! Unas vistas geniales, techos altísimos, paredes de piedra antigua, un poco hippie... vamos, que ahí me quedé con 8 o 9 ingleses pasando el día, viendo pelis y bebiendo té. A la noche salimos a dar una vueltilla, y poco más. El domingo se está convirtiendo en mi día de cama. Y nada... la verdad es que últimamente estoy un poco de bajoncillo... Y el lunes iba toda empanada en la bici, volviendo de la uni, que al llegar a la resi pegué con la rueda en el bordillo de la acera y me caí de la bici, sin mayor consecuencia que el pantalón roto y un moratón... Pero no sé, llevaba unos días tristona, y fue lo único que me faltó para llegar a la habitación y ponerme a llorar. Y en estas, llaman a la puerta. Mi vecino, un chico francés con el que apenas hablo, vino a preguntarme a ver si me pasaba algo (me había oído llorar). Y nada, ahí estaba yo, contándole mis penas a un extraño. Me preguntó a ver si me gustaba el chocolate negro (no os suena? otra vez chocolate....) y le dije que me encanta, así que me trajo chocolate y unos crêpres... más majo. Luego fui a yoga, y salí bastante removidilla, así que fui a casa de Chad, que tiene bañera, y me di un baño, con aceite de lavanda... qué bien me sentó. Y el pobre Chad, ahí estuvo, aguantando el tipo, mientras yo seguía llorando. Al día siguiente, o sea ayer, decidí no ir a clase, y aproveché para hacer algunos recados. Y en estas que iba de nuevo con mi bici, y hablando por el móvil, y un coche se cruzó en mi camino, así que para evitarlo, intenté frenar, pero perdí el equilibrio y... sí, me volví a caer. Segunda vez en dos días. ¿Qué está pasando? Así que está mañana he decidido que hacer "como si" nada hubiera pasado... y no sé, he tenido un día más o menos tranquilo, y un poco menos depresivo.
Y una vez que he contado mis desgracias... ahora toca algo más bonito. El viernes, por ejemplo, fuimos al super a hacer la compra para el finde en la montaña, y cuando llegamos a la caja, nos dimos cuenta de que se nos había olvidado pesar la fruta. Así que Chad fue corriendo a pesarla mientras la cajera iba cobrando al resto de la cola. Total, que cuando llegó, la pasa por caja, y me dice: 2,58 euros. En total. Imposible, por lo menos teníamos veintipico euros en compra, pero la cajera se olvidó del resto de productos. Yo miré a Chad, que me hizo un gesto con la cabeza de "sigue sigue". Así que metí la tarjeta, y empecé a partirme de risa... La cajera me miraba, miraba a Chad (que seguía todo serio), preguntándose de qué leches me reía... Así que nada, cogimos la compra y nos fuimos, y yo seguía partiéndome de risa y sintiéndome fatal. ¡Cómo no pudo darse cuenta! En fin...
Y nada... el tiempo por aquí... pues eso, frío y lluvia. Mucho frío. Pero bueno, es invierno, ¡qué queremos!
Este finde igual vamos de excursión a Bourdeaux, si Dios quiere.... ¡voy a cruzar los dedos!

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